Vivimos
aislados de la sociedad, sumergidos en la tecnología. Parece que andamos solos
por las calles. Yo y mi móvil; mi móvil y yo. No existe nada más allá de
nuestra estrecha relación con estos aparatos.
Nos
despertamos y nos suena la alarma del teléfono móvil, publicamos nuestro estado
de ánimo en twitter y empezamos a charlar con nuestros amigos por whatsapp.
Conversaciones que pueden llegar a durar el día entero, mientras nos
preocupamos por sacarnos fotos para subirlos al Facebook y retocarlos para
ponerlos en Instagram. Y ¿a quién le importa tu día a día? La realidad es que
las personas que te quieren, que se preocupan por lo que te pasa a diario son
aquellas a las que no ves y son invisibles mientras estás ocupado en publicar
tu vida y contársela a quien no le interesa.
¿Por qué no
levantamos la cabeza y miramos a lo que está a nuestro alrededor? ¿Lo ves?
¿Dónde se quedaron las largas conversaciones de amigas en la cafetería? ¿Las
conversaciones familiares en las comidas? ¿Aquellas risas que nos echábamos en
el autobús cuando todavía no nos poníamos los auriculares para desconectar del
mundo? ¿Qué es de aquello? Tú decides; está en tus manos elegir con quién
quieres compartir tus días.
iruzkinik ez:
Argitaratu iruzkina